Transoxiana Home

Transoxiana 1 - Junio 2000
Índice

El Arte Kushan

Lic. Paola E. Raffetta

 I. Introducción
II. El arte kushan, Bactria,
III. Aracosia y Nagarahara,
IV. Gandhara
,
V. Mathura

Bibliografía

 

 I. Introducción

En el año 327 a.C. Alejandro comienza la campaña hacia la India, entrando en Taxila en la primavera del año siguiente. Alejandro muere el 13 de junio de 323 en Babilonia, dejando la satrapía oriental (Babilonia, Mesopotamia, la planicie irania y Asia Central) en manos de Seleuco Nikator (Seleuco I) y sus sucesores. Al mismo tiempo Chandragupta Maurya llegaba al trono de Magadha (320 a.C.).

Chandragupta Maurya ocupa los territorios más allá del Indo hasta Kabul estableciendo su frontera frente a Seleuco y sellando un pacto con él a través de una alianza matrimonial. Ambos imperios mantuvieron buenas relaciones diplomáticas y fue poco después (durante el reinado del más grande emperador Maurya, Asoka, 268-237 a.C., nieto de Chandragupta) que el budismo comenzó a expandirse hacia la región de Gandhara. La región de Gandhara estuvo bajo control indio hasta que fue ocupada por los sátrapas de Bactria-Sogdiana, alrededor del año 200 a.C. Bactria debe haber caído en manos de las tribus Sakas (Escitas) en su avance hacia el sudeste. Más tarde llegaron a la región los Yüeh-chih y ocuparon Bactria entre el 136 y el 129 y empujaron a los Sakas quienes, bajo su jefe Maues, ocuparon Taxila en el año 85 a.C. reinando con el título de mahãksatrapas.

Los Sakas ocuparon las provincias que habían estado bajo la ocupación indogriega desde la época de Menandro, manteniendo el sistema griego de administración pero cada vez más "indianizados" en sus costumbres. Su arte y su arquitectura, sin embargo, reflejan una fuerte influencia helenística. Los sakas plantaban sus ciudades a la manera griega y su arquitectura estaba regida por los mismos principios griegos. Pero la influencia india se va haciendo cada vez más notoria y comienza un período de amalgama entre las formas idealizadas del helenismo y las nuevas formas indias ingresadas junto con el budismo y el hinduismo.

Poco se sabe de la religión original de los sakas, aunque se supone que no eran zoroastrianos. Muchas veces se ha afirmado lo contrario, dado que parecen haber rendido culto a una divinidad conocida como urmaysde (el sol), y aunque algunos afirman que esta divinidad sería una forma del Ahura Mazda iranio, Harmatta sostiene que, por lo contrario, "it shows that the name *Ahura-mazdãh- is pre-Zoroastrian, and this is confirmed by the occurrence in Assyrian sources of the form Asara Mazas, which reflects the Proto-Iranian form *Asura Masdãs- of the name Ahura-Mazdãh-." [Harmatta, 315].

Los sakas adoraban al sol, a la tierra y a divinidades menores, identificadas con fenómenos naturales como el viento y la lluvia, de origen indoiranio y pre-zoroastriano. Por otro lado, y para reforzar esta hipótesis, se sabe que utilizaban los términos yaz- para el sacrificio y pati- para el sacerdote, de la misma manera que los los indios y los nómades iranios noroccidentales. La religión más poderosa en la región era quizás el budismo, apoyado por los comerciantes y mercaderes. También el brahmanismo y el jainismo tenían sus adeptos y el clima en general parece haber sido de bastante tolerancia. Las monedas sakas presentan generalmente en su reverso divinidades identificadas como griegas (Zeus, Apolo, Artemis, Poseidón, Nike), aunque probablemente se trate de la interpretación de los mismos griegos (Herodoto, IV, 59) ante divinidades locales.

También aparecen algunas monedas con divinidades indias, usándose por primera vez la figura de Siva en el reverso de una moneda. Finalmente, a principios de la era cristiana, entre los siglos I y II, Bactria fue conquistada por los kushan, provenientes de Asia Central.

El origen de los kushan es muy discutido, presentándose como más plausible la teoría que sostiene que los mismos eran una de las tribus Yüeh-chih, tal como sostenía Fan Yeh (c. 446), compilador del Hou Han-shu (Anales de los Han Tardíos). Esta teoría es rechazada por otros estudiosos, tales como W. Tarn (The Greeks in Bactria and India, Cambridge University Press, Cambridge, 1951).

Para un resumen detallado de las distintas teorías sobre la datación de los kushan recomiendo Puri, B. (The Kushans en History of Civilizations of Central Asia II, UNESCO Publishing, Paris, 1994, pp. 248-52) o Embree A. y Wilhelm F. (India, Siglo XXI, Madrid, 1987, pp. 91-3) más accesible y en español, originalmente editado en 1967.

Los kushan no presentaban una unidad cultural ni religiosa en el vasto imperio que llegaron a dominar. Podemos dividir su imperio en cuatro regiones artísticas principales: Bactria, que incluye Tocharistán y la cuenca del Oxus, al noroeste; Aracosia y Nagarahara en el actual territorio de Afganistán, al sudeste; la región noreste de Gandhara en el actual Pakistán; y al sudeste Mathura, en territorio indio. Cada una de estas regiones tuvo características plásticas propias, producto de diferencias ideológicas y culturales. Los kushan eran eclécticos en cuanto a su religión. Existía un culto dinástico al fuego, toleraban con respeto las diferentes expresiones religiosas y eran hinduistas en Mathura, budistas en Gandhara, y zoroastrianos en Bactria. Pero el nivel de sincretismo religioso era muy alto y, al mismo tiempo, cada soberano favorecía a una u otra religión, o a más de una a la vez, lo que nos impide hablar de una "religión kushan" como unidad ideológica. Durante el reinado de Vima Kadphises las divinidades indoiranias, identificadas muchas veces bajo nombres griegos, coexistían pacíficamente con el culto a Siva, favorecido por el soberano. Su sucesor, Kanishka I, adoptó el culto bactrio-iranio, mientras que Kanishka II fue protector del budismo, convocando el sínodo de Kashmir, fundamental para el desarrollo del budismo mahayana.

El saivismo y vaisnaismo, el jainismo y las diversas escuelas budistas, llevados hacia el Asia Central por los mercaderes indios, convivieron en el imperio kushan junto al zoroastrismo, cultos indo-iranios pre-zoroástricos locales, cultos helénicos llevados por los griegos, mithraismo, animismo y cultos bactrios a los antepasados, al sol, al fuego, a diversos animales, a los elementos, a las yakshis... Los kushanos eligieron entre estos cultos aquellos elementos que más se ajustaban a su forma de pensar y a sus necesidades imperiales en un proceso de absorción y sincretismo que dio como resultado un "panteón kushan", el que vemos en las monedas, que no es sino un conjunto de atributos reunidos bajo los nombres de divinidades más o menos populares.

II. El arte kushan en Bactria

El arte kushan en esta región tiene marcadas influencias greco-romanas sobre un sustrato fuerte de tradición local bactriana.

Pintura mural

Los pocos fragmentos de murales que se han conservado en la región de Bactria, pertenecientes al período kushan, han sido hallados en las ruinas de Kara-tepe y Fayaz-tepe (Termez). Desde el punto de vista técnico, fueron realizados con un método similar a la témpera sobre una base de cola con pigmentos vegetales y minerales, utilizando especialmente los colores rojo, blanco, y negro, y usando como soporte una espesa capa de arcilla. Los colores eran aplicados directamente o sobre una base previamente blanqueada. El azul, verde y amarillo fueron poco usados, y aunque el espectro cromático era bastante reducido, el uso de tintes blancos permitió que consiguieran una muy amplia gama de sombras. La utilización de aditivos vegetales fue, en parte, motivo de su destrucción, a partir de la descomposición de los mismos y causa de la escasez de fragmentos que han llegado hasta nuestros días.

Estos murales representan una gran variedad de motivos, mitológicos, religiosos, cortesanos. Reflejan grupos de figuras, religiosos o seculares, donde se pueden distinguir personajes de diversos orígenes étnicos, tanto centroasiáticos como indios, divinidades, como la pintura de Siva, Parvati y Nandi en el santuario de Dilberjin, escenas rituales como la de Dalverzin-tepe, animales reales o fantásticos, elementos de carácter decorativo (racimos de uvas, frutos, elementos vegetales, lacería...), escenas budistas como las de Kara-tepe y Fayaz-tepe, representando al Buda con monjes y donantes, etc.

Las figuras se encuentran encerradas en perímetro de recorte en línea negra, y el color es aplicado en forma planimétrica, es decir, no utilizan el color ni el valor (claroscuro) para dar sensación de profundidad. Tampoco utilizan la perspectiva, y las relaciones de tamaño no dependen de las ubicaciones relativas de las figuras sino de su jerarquía, de esa manera los personajes más importantes (divinidades, sacerdotes, soberanos...) aparecen más grandes que los de menor importancia. Sin embargo las escenas tienen un carácter dinámico, producto de la escasa frontalidad y la íntención de reflejar el movimiento en las figuras. A fines del siglo IV empiezan a notarse las influencias sasánidas y las pinturas de los siglos VII y siguientes presentan ya características persas, con innumerables influencias, tanto internas como externas.

Escultura

Podemos distinguir la escultura monumental, tanto exenta como en relieve, de las pequeñas figuras de arcilla o terracota. La escultura monumental fue tanto religiosa como secular o dinástica, pero la mayor parte de las piezas conservadas corresponden a imágenes de soberanos. Son más los relieves que encontramos que las figuras exentas. Los relieves, generalmente de caracter religioso, decoran los muros interiores y exteriores de los templos y santuarios. El criterio estético dentro del cual fueron realizadas estas esculturas correspondea un estilo expresivo-realista, llevado a Bactria por los griegos. Sin embargo, los rasgos de las figuras son propios de la región, poniendo especial interés en la individualidad de los retratos, asi como en sus emociones.

Los kushanos realizaron también estatuas de arcilla estucada y posteriormente policromada, representando nobles, soberanos, deidades, y pequeñas figurillas, especialmente de diosas adoradas localmente en el marco de un culto importante a la Diosa Madre. Hay también fragmentos hallados de figuras, muy pequeñas y toscamente realizadas, de hombres a caballo, probablemente ligados al culto a los antepasados. Con respecto a las imágenes budistas podemos notar un elemento interesante: la figura de Buddha es tratada según los cánones establecidos a principios de la era cristiana en Gandhara, pero todas las figuras secundarias del panteón (devatãs, gandharvas), servidores y donantes son tratados en estilo greco-bactrio local.

Ornamentación

La ornamentación se encuentra fuertemente helenizada. Podemos encontrar molduras de hojas de acanto (¡de donde emergen gandharvas budistas!) y capiteles jónicos y corintios. En pintura aparecen los diseños de lacería, ornamentos con motivos vegetales y frutales, etc. Los kushan de Bactria trabajaron también el metal, realizando composiciones con animales (reales o fantásticos) de estilo escito-sármata (también llamado arte animalístico). Realizaron artículos de joyería, hallados principalmente en las tumbas, con incrustaciones de piedras preciosas, donde hallamos influencias tanto griegas y persas como chinas y mongolas.

III. Aracosia y Nagarahara

En esta región encontramos influencias del arte bactrio, del greco-romano y de Gandhara. Aunque el gusto prevalente de la clase dominante parece haber tendido hacia una estética greco-romana.

Escultura

La escultura estuvo muy influida por el arte de Gandhara. Encontramos figuras de Buddha, monjes, donantes, Vajrapanis la mayor parte en arcilla, estuco y yeso, aunque encontramos también figuras en esquisto y carbonato de calcio. Las figuras presentan un fuerte hieratismo, con influencias de Gandhara de un período tardío (siglos V-VI).

IV. Gandhara

La mayor parte del arte de Gandhara del período kushan es arte budista. Gandhara desarrolló las primeras figuras de Buddha en forma humana, fuera de India, entre los siglos I a.C. y I d.C. Esto se debió, quizás, a la influencia de un modo de pensar fuertemente influenciado por los ecos de un helenismo tardío. No podemos, a mi entender, hablar de una influencia "griega" en el arte de Gandhara ya que, por un lado los griegos que llegaron a la región, en el siglo III a.C. con Alejandro, dejaron una tradición cultural que fue evolucionando y sufriendo un proceso de amalgama durante cuatro siglos y cuyo origen pertenecía a una fase tardía del arte griego, el llamado arte helenístico, que poco guardaba del gran arte griego clásico del siglo de Pericles. Por otro lado, la clase dominante kushan apreciaba una variante provincial del arte romano de los primeros siglos d.C., influenciado por la estética india post-maurya. Es por esto que prefiero hablar de una influencia tardo-helénica más que "griega".

El budismo en Gandhara fue muy popular entre la clase "media" conformada por mercaderes, banqueros, caravaneros y oficiales menores de la administración imperial kushan, cuyo fervor religioso (asociado a la idea de que la donación de imágenes generaba méritos para una futura reencarnación) propició la reproducción de figuras a gran escala. Fue en este contexto que la piedra y el esquisto fueron reemplazados por el estuco, que permitía la fabricación de moldes para reproducir figuras en forma más rápida y a menor costo. La piedra fue entonces relegada a los paneles en relieve que decoraban la base de la stupa y a algunas esculturas dinásticas. Pero la gran producción del arte de Gandhara se centró en las figuras de arcilla o yeso estucadas y policromadas, muchas veces moldeadas y terminadas a mano.

En piedra encontramos gran cantidad de paneles, trabajados en relieve, representando escenas de las vidas anteriores del Buddha. Estas historias -o jatakas- están grabadas en paneles de esquisto gris o azul. Su función era más bien didáctica, ilustrando los sucesos importantes de las vidas de Buddha. Se caracterizan por su frontalidad, así como por su rítmica helenizante. Las distintas jatakas de un mismo relieve suelen estar separadas en unidades de sentido, divididas horizontal o verticalmente por columnas o desniveles. En general se leen de derecha a izquierda y ponen cierto énfais en el orden de las figuras, haciendo la lectura más sencilla.

Las esculturas de bulto talladas en piedra representan Buddhas y Boddhisattvas, quienes aparecen tanto de pie como sentados.

The Gandhara Buddha is an idealized figure having a delightful face unaffected by age or affliction. Standing barefoot or seated cross-legged he is always shown wearing an undergarment and a monk´s robe. [...] His Apollo Belvedere type of face, though just one among the numerous types known, is no doubt the earliest to provide a model for others. The model of a standing Buddha might have been copied from a Greek god or hero or even from a Roman emperor wearing pallium or toga. [Pugachenkova, p. 364]

Estas figuras suelen caracterizarse por su frontalidad, y aparecen totalmente de frente o perfil, con escaso movimiento. Los rasgos de las facciones presentan características individuales, y se ha intentado buscar en ellos un retrato inexistente en Gandhara. No hay retratos en Gandhara, como los que si aparecen en Bactria y Mathura, representando a nobles y gobernantes kushan. "In Buddhist art, an individual -ecclesiastical or temporal monk, donor, king or commoner- always remains anonymous" [Pugachenkova, 365].

Entre su arquitectura religiosa contamos gran cantidad de stupas y monasterios. Las stupas de Gandhara presentan un gran desarrollo con respecto a las de Sanci y Bharut. La stupa se sitúa ahora sobre un gran tambor circular dispuesto sobre una base aterrazada completamente decorada con paneles de piedra esculpidos en relieve. Sobre el tambor se ubica el domo semiesférico tradicional, ahora más grande y completamente recubierto con losas de piedra. Todo el conjunto presenta embellecimientos escultóricos que cubren toda la base y el tambor de la stupa. Encontramos también pequeñas stupas votivas decoradas con figuras de estuco de Buddhas, Boddhisatvas, devotos, donantes, cariátides y "atlantes" que sostienen, junto con las yakshis, leones y elefantes, cada una de las terrazas recesivas de la base de la stupa. Las columnas y pilares fueron construidas en madera y desafortunadamente no se han conservado.

Los monasterios se conformaban con uno o más patios rodeados por celdas para los monjes y nichos para imágenes. Tenían también un hall de reunión y refectorios. De un lado del patio se situaba la habitación del monje superior y del otro lado la stupa principal, rodeada de pequeñas stupas votivas. Estos monasterios fueron construidos en piedra, con techos abovedados y paredes revocadas. Este estilo monástico desarrollado en Gandhara entre los siglos I y II se extendió por todo el norte de India. Los primeros monasterios budistas permanentes parecen haber estado en Taxila, y aunque la existencia de monasterios budistas en Gandhara antecede el período kushan, fue durante su administración que el patrón arquitectónico se volvió popular, situación propiciada por la prosperidad económica y el patronazgo extendido por los kushan a la creación artística budista.

El arte de Gandhara parece haber sufrido influencias de alguna escuela helenística tardía local, además de ciertas influencias de Bactria, pero podemos decir que el arte que se desarrolla en Gandhara tiene características que le otorgan una identidad propia más allá de las influencias recibidas. Y son justamente estas características propias las que van a impactar principalmente en el arte de Mathura, pero también en el arte budista tibetano y nepalí y cuyos ecos van a llegar hasta el primer período del arte búdico en China. El arte de Gandhara, entonces, refleja el gusto y las aspiraciones sociales y religiosas de una clase económicamente próspera en un ambiente de desarrollo relativamente pacífico. En este marco se entiende la gran prosperidad del arte budista. Pero es justamente cuando estas condiciones propicias desaparecen que ya no puede mantenerse, y entonces languidece y muere, y su lugar será ocupado por las manifiestaciones artísticas de las nuevas clases influyentes: las sasánidas.

V. Mathura

El arte en Mathura tuvo una historia de casi mil años, sin embargo, su gran desarrollo fue en los siglos II y III, durante los reinados de Kanishka, Huvishka y Vasudeva. Aunque logró generar características propias, sufrió la influencia del arte de Gandhara y de Amaravati, así como de la cultura helénico-parta. Es así como se da en Mathura un proceso de fusión y amalgama de elementos locales y foráneos.

El budismo tuvo un gran desarrollo artístico, pero compartió su momento de gloria con el saivismo y el vaisnaismo, favorecidos y sostenidos por los gobernantes kushan de Mathura, y el jainismo, presente entre la comunidad comerciante y mercantil. Pese a la variedad de tradiciones religiosas que confluían en Mathura, encontramos que muchos motivos (como nagas y yaksis) son compartidos por varias de ellas, permitiendo la conformación de una iconología común a las varias y diversas sectas. Además de escenas sociales y populares comunes a todas ellas.

Escultura budista

La evolución de la figura de Buddha en Mathura es apenas anterior al dominio kushan. La figura de Buddha ya se representaba en forma humana en Marhura en el siglo I a.C. Los motivos que llevan a la transición de la representación anicónica al tratamiento de la figura humana son, por lo menos, dos. Por un lado la influencia helenizante presente en la región noroccidental.

Por otro lado, la necesidad de una representación antropomorfa del Buddha, frente al gran avance iconográfico hindú. Entonces, el trabajo artístico de la figura de Buddha puede leerse como una reacción del budismo frente al avance del hinduismo, reacción paralela a la llevada a cabo por la reforma budista del cuarto concilio, que propone, entre otras cosas, elevar la doctrina al alcance de las masas a través del acceso de los laicos.

La figura de Buda

Antes del reinado de Kanishka II la representación de la figura de Buddha presentaba un aspecto crudo y arcaico. Su vestimenta se trataba con línea incisa sobre su hombro izquierdo, se lo representaba como un hombre corpulento y macizo, con un profundo ombligo (recurso que pervivió en el tiempo), sentado sobre un pedestal en tres bandas, con dos leones soportando el asiento (un elemento de origen claramente persa), lo que demuestra la influencia del arte de Gandhara. A partir del reinado de Kanishka II (en el siglo II d.C.) se desarrolla la figura ideal del Buddha. Lo vemos trabajado en altorrelieve, aparece por primera vez el nimbo alrededor de su cabeza (y tenemos aquí otra influencia persa), rodeado por follaje del árbol boddhi, flanqueado por servidores, seres celestiales y divinidades varias. A partir de este momento el manto va a cubrir ambos hombros del Buddha.

En este período comienza la diferenciación entre las figuras del Buddha y del Boddhisattva. El primero va a representarse vestido de monje, austero y sin adornos; el segundo adoptará la forma de un príncipe, ricamente vestido y adornado. Aparece la diferenciación entre la forma de sentarse de uno y otro. El Buddha se sentará con sus dos piernas cruzadas, el Boddhisattva tendrá una pierna cruzada y la otra en posición de príncipe (mahãrãjalilãsana), es decir, el pie apoyado al nivel del asiento, con su mano descansando sobre su rodilla elevada.

La más antigua escultura de un Boddhisattva que se ha encontrado hasta ahora, y que se conserva en el Museo Arqueológico, en Mathura, pertenece al siglo II d.C. y según [Craven, 106] su figura es la de un yaksa, que se ha transformado en Boddhisattva a partir de una serie de elementos agregados: un nimbo con rayos solares tras su cabeza, su mano derecha ejecutando el abhaya mudra, con la rueda del Dharma en su palma, y un cuenco con agua en su mano izquierda, símbolo del Buddha Maitreya. Paralelamente a esta diferenciación entre el Buddha y el Boddhisattva, comienza a multiplicarse el panteón budista, en este largo proceso que fue la transformación del budismo y el surgimiento del mahayana, con sus derivaciones esotéricas que posteriormente se desarrollarían en Tibet y Nepal a partir de los siglos VII y VIII.

Los mudras o posiciones de las manos se desarrollan también en este período. El primero en aparecer pudo haber sido el abhaya-mudra (gesto de alejar el temor), al que se agregan luego el dhyana-mudra (gesto de concentración), bhumisparsa-mudra (gesto de poner a la tierra por testigo de la iluminación), upadesa-mudra (sermón), vyakhyana-mudra (enseñanza), y dharmacakrapravartana-mudra (puesta en movimiento de la rueda de la Ley o Dharma).

Arte Hindú y Jaina

El arte hindú en Mathura ya estaba muy desarrollado antes de la llegada de los kushanes, especialmente alrededor del culto a Visnu. Visnu es representado con dos o cuatro brazos (aunque en algunos pocos casos también con ocho), y sus imágenes se encuentran bajo diversas formas: en su forma cósmica (Caturvyuha), montado sobre Garuda, con su consorte, etc. En este período comienza ya a diferenciarse la representación de sus diversos avataras: Rama, Varâha, en forma de jabalí, Vâmana, el enano, etc. Aparece también representado Balarama, hermano mayor de Krsna, con dos o cuatro brazos, cuyo culto en Mathura es previo al período kushan. Balarama aparece con su cabeza coronada por un palio de serpientes.

En Mathura parece haber habido también un asiento del culto a Siva, y encontramos una gran cantidad de figuras de este período. Generalmente se lo encuentra bajo dos representaciones: el Sivalingam y el Purusa, además de una forma combinada del linga con uno, dos, cuatro o cinco rostros orientados hacia los puntos cardinales y el conocido Andhanarisvara, forma de Siva combinado con Parvati, su esposa y sakti, donde vemos la mitad derecha en forma de hombre y la mitad izquierda en forma de mujer, del período kushan temprano. Karttikeya, el dios guerrero y comandante de la armada celestial, es representado en Mathura como un hombre joven, con corona o turbante, y su hermano menor, Ganesa, ya con cabeza de elefante. Surya, el dios solar, es representado con un loto y una daga en cada una de sus manos, a veces rodeado por el disco solar, montado sobre un carro tirado por dos o cuatro caballos.

De todos los dioses indios representados en Mathura es Surya quien registra el la más fuerte influencia occidental en su tratamiento iconográfico. Las figuras jainas de Mathura, las más antiguas de las cuales corresponden aproximadamente al siglo III a.C., presentan una gran frontalidad y poseen, ya en período kushan, las marcas propias de cada Tirthankara. Los nagas aparecen representados en forma humana, con cabeza de serpiente, y poseían un culto bastante desarrollado en Mathura, de la misma manera que los yaksas, y aunque el culto de éstos era muy fuerte, eso no fue obstáculo para que, por la influencia occidental, hayan sido identificados con bacantes. Los yaksas y yaksis, también presentes en las stupas de Sanchi y Bharut, y muy representados en todo el territorio indio, pertenecen a cultos locales muy antiguos, y su iconografía deriva casi directamente de los torsos de hombres y mujeres danzantes de la cultura de Harappa (Pakistán, 2300-1700 a.C).

Debemos notar tres elementos de origen claramente extraño al pensamiento indio, y de fuerte corte occidental [Pugachenkova, 372-4]. El primero es la aparición del retrato en Mathura. Los retratos de Mathura del período kushan son los únicos retratos que registra la historia del arte indio antiguo, dado que es un concepto totalmente ajeno al pensamiento hindú de la época. Vemos aparecer retratos de gobernantes kushan, de donantes, o de personajes importantes. Este es un recurso típicamente romano, ya que, después de todo, fueron ellos los primeros en imponer el retrato, tanto en Europa como en el Asia sometida a su influencia.

Los retratos de origen romano tienen una característica común, sea en España, sea en India o en casi cualquier otro lugar donde su influencia haya llegado: el retrato es realizado por separado y se une al resto de la figura posteriormente. Es común por eso encontrar estatuas sin cabeza, incluso en numerosas cantidades en talleres y depósitos, a la espera de un retrato. Se ha encontrado en Devakula, cerca de Mathura, una colección de retratos reales kushan, que representan a Vima Taksuma, Kanishka y Castana, realizados durante el reinado de Huvishka. Estos retratos concuerdan con las figuras sin cabeza encontradas en el mismo sitio, entre las que se encuentra una famosa estatua de Kanishka.

Todos estos retratos reales no fueron realizados ni en el estilo de Mathura ni en el de Gandhara, y tampoco responden a los cánones greco-romanos, sino que tienen características propias y probablemente representen el gusto particular de los gobernantes kushan. Éstos aparecen vestidos a la manera centroasiática, con pesados mantos de caftan y botas de fieltro. Sus formas son frontales y bastante rígidas. Luego de la desaparición del Imperio Kushan los retratos dejaron su lugar al anonimato propio de la India, que representa los rasgos en forma única, característica y propia pero que nunca reflejan la identidad de ninguna persona en forma de retrato. Esos rostros singulares no corresponden a ninguna persona existente, tal como fue el caso de la representación de Gandhara.

Otro elemento propio de este período, único en India, fue la utilización de la belleza femenina como vehículo artístico. Antes del período kushan las figuras femeninas aparecían en un marco religioso, como diosas o séquito de sirvientes. Ahora vemos la figura femenina, trabajada con formas voluptuosas, engalanada y enjoyada, bella, como expresión de la belleza en sí. Esto desaparecerá luego de este período.

El tercer elemento extraño es la aparición de la firma del artista en los pedestales de las esculturas: encontramos allí los nombres grabados de los distintos escultores: Rama, Dharma, Sanghadeva, Jotisa, Dasa, Sivara(ksita), Singha, Nayasa, Devahu, Vishnu y Jayakula [Pugachenkova, 375]. Los objetos artísticos de Mathura parecen haber sido muy apreciados en ese período, y se han encontrado numerosas piezas de arte por todo el norte de la India.

El arte de Mathura influenció y recibió influencias del arte de Gandhara, influenció la creación artística en Amaravati y sentó las bases estéticas para el próximo gran período del arte indio, el período Gupta, cuyo arte se expanderá por gran parte del subcontinente, llegando su influencia al Tibet, Nepal y China, así como al sudeste asiático, en forma más moderada.

Bibliografía


© the author/s
Actualizado el 24/07/2004
Valid HTML 4.01!
Any Browser!
Como lo hacemos?