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JEO2004

Primeras Jornadas de Estudios Orientales

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Transoxiana, Journal Libre de Estudios Orientales

20 y 21 de Diciembre de 2004
Escuela de Estudios Orientales, Universidad del Salvador
Buenos Aires, Argentina

Las Aguas del Olvido y las Aguas de la Memoria

Lic. Ana Silvia Karacic

Escuela de Estudios Orientales, Universidad del Savador

El tema del presente trabajo proviene del antiguo trasfondo cultural de los pueblos indoeuropeos. Estos compartieron durante un período variable, según los diferentes investigadores, una cultura y un lenguaje común. Podemos considerar una etapa previa a la diferenciación de las diversas ramas. Este período se denominó proto-indoeuropeo, y habría durado no menos de 2500 a 3000 años. Aclaramos nuevamente que la duración de la etapa de convivencia previa a la diferenciación en ramas étnicas, es tema de discusión actualmente en función de nuevos descubrimientos de tipo arqueológico realizados en la región comprendida entre lo que podríamos denominar Europa del Este y el Mar Aral.

Las teorías en que nos basamos para la determinación de los límites que estos pueblos habrían abarcado, son las sostenidas por la arqueóloga e historiadora de las religiones, Marija Gimbutas y Valentin Danilenko1 . Ambos investigadores consideraban un origen estepario para los indoeuropeos. De todas formas, y tomando en cuenta el avance realizado en estos últimos cinco años, dejamos abierta la posibilidad para una ampliación de la zona en cuestión. Para el objetivo de nuestro trabajo sólo son relevantes los aspectos culturales y religiosos que conformaron el imaginario escatológico de estos pueblos, y que son los que permiten realizar una comparación.

Aunque la fecha de la separación de la primera rama indoeuropea (posiblemente la hitita) también es tema de discusión, podríamos señalar un margen temporal que va desde el 2500 al 2300 a.C. Le habrían seguido las restantes ramas que luego llegarían a cristalizarse en las etnias conocidas como iliria, daco-tracia, griega, latina, indoirania, tocaria, germana, celta, eslava, balta y armenia. Se ha dejado abierta la posibilidad de existencia de algunas ramas que no habrían alcanzado la etapa de cristalización, siendo absorbidas posiblemente por las conocidas hoy en día. Estaríamos considerando un tiempo de formación y convivencia bastante amplio, debido a la gran cantidad de teorías académicas en boga sobre este aspecto en particular.

Es natural que tanto tiempo de convivencia haya dado lugar a la formación de un complejo de creencias religiosas con base en una mitología común a todas. Es necesario aclarar que existe la posibilidad de variaciones, aun en los tiempos de previos a la dispersión, debidas a la conocida teoría del núcleo y las regiones marginales. En otros términos, estaríamos hablando de la existencia posible de mayores diferencias a nivel de creencias en las regiones periféricas a lo que se considera que podría ser el núcleo proto-indoeuropeo.

Entre las creencias comunes que pueden atribuírseles, existen diversos mitologemas o unidades de sentido mítico que habrían sido llevados como parte de su bagaje cultural y religioso hacia aquellas regiones en las que se instalarían luego, ya sea temporal o definitivamente.

El mitologuema que elegimos está asociado a la escatología, es el de las Aguas del Olvido y las de la Memoria. Lo encontramos tanto en la rama india como en la celta, la escandinava, y la griega, posiblemente también en otras. También es importante aclarar que nos basamos tanto en la arqueología, en la lingüística y en la mitología indoeuropea comparada al tratar un tema tan difícil como es el escatológico. No en todos los casos que presentaremos existen elementos contundentes o irrefutables, pero el sólo hecho de estar presentes en varias ramas permite inferir la existencia de un mitologuema básico ya en el estadio proto-indoeuropeo. Los estudios arqueológicos permitieron el descubrimiento y conservación de suficientes restos materiales como para poder reconstruir ciertos rituales, y en el campo de la escatología ha sido particularmente importante, en especial en los casos en que los hallazgos provienen de contextos funerarios. Del mismo modo, en los casos en que se ha registrado por escrito la tradición oral, es la lingüística la que contribuye a este estudio. Es obvio que este tema puede ser abordado desde diferentes enfoques, o siguiendo determinadas líneas de pensamiento diversas a la que hacemos en este momento.

Básicamente, y salvando algunas diferencias propias de cada rama, podríamos decir que el mitologuema consiste en el siguiente esquema:

Después de la muerte, el alma se dirige al Otro Mundo, un Más Allá de diferentes características según la rama en cuestión. Encuentra un primer cuerpo de agua (por lo general es un río, que vamos a llamar Aguas del Olvido) y que el alma se ve obligada a cruzar (aparecen ciertas variantes aquí, se lo puede cruzar caminando o a nado2 , como el caso escandinavo), en barco, atravesando un puente (el Gjallarbrú, también de la mitología escandinava), mentalmente3 (caso indio en que se atraviesa el río Vijara). En ese cruce, el alma es “lavada” o despojada de los recuerdos pertenecientes a su vida previa. Éstos no se pierden sino que son llevados por esas mismas aguas hacia un segundo cuerpo de agua (generalmente un manantial, es un cuerpo de agua menor, que llamaremos Aguas de la Memoria), en donde fluyen, los recuerdos tanto propios como de todos aquellos seres que han fallecido. Éstos emergen a la superficie en forma de burbujas (hay aquí algunas variantes).

En algunas ramas indoeuropeas, no en todas, a los individuos que están destinados a reencarnar, se les concede el don de beber de este segundo cuerpo de agua y recuperar no sólo sus propios recuerdos sino también los de los ancestros, para alcanzar así, un grado de sabiduría suprema. Aparecerán como variantes, versiones en las que el individuo no muere sino que es invitado a visitar el Otro Mundo, en vida, por un ser divino o feérico (caso celta). A partir del momento en que es invitado a beber del segundo manantial o Aguas de la Memoria, se convertirá en un ser inspirado, de gran sabiduría y con una responsabilidad mayor que la que tienen los demás seres humanos.

Las descripciones del Más Allá abundan en las literaturas de cada una de las ramas, pero, aun así, no siempre nos brindan una reconstrucción confiable de un lugar específico para el reino de los muertos. La ubicación suele ser subterránea pero hay variantes, dependiendo de la rama indoeuropea de la que se trate, de las creencias del pueblo substrato con el que la etnia particular se haya encontrado en su derrotero, y de cuál haya sido el trasfondo religioso que prevaleció.

En relación con nuestro tema específico es importante notar que el Mundo de los Ancestros está siempre en las cercanías de uno o dos cuerpos de agua, lo cual indica que éstas constituyen una de las imágenes fijas que aparecen en la geografía escatológica.

Varios especialistas, entre ellos Iain MacAnTsoir y Bruce Lincoln4 sostienen que la variedad de ubicaciones y de accesos al Mundo Ancestral, estaría contenida ya en la cosmología proto-indoeuropea, y que por lo tanto, este habría sido posiblemente un motivo de especulación entre ellos. Esa variedad de ubicaciones y accesos podría radicar en la teoría que hemos mencionado previamente con respecto a la ubicación en una zona nuclear o periférica. De todos modos, cuando hablamos de la importancia que tendrán las creencias de los diversos pueblos substratos, es en función también de su ubicación geográfica real. Por ejemplo, si se trata de un pueblo insular, muy posiblemente será mayor la variedad de localizaciones del Más Allá, entre ellas las que pertenecen a una cosmología de tipo horizontal. Esto es particularmente importante en el caso celta. En cuanto a la influencia de los pueblos substrato, por diferentes razones, veremos que tanto el caso indio como el celta muestran una influencia notoria que será señalada en su momento.

Trataremos primero el caso indio para luego hacer una comparación con el celta, el escandinavo y el griego.

Aquí vamos a encontrar el esquema del mitologuema original, pero modificado por la influencia del pueblo substrato en una forma casi indiscutible y, por una mayor tendencia a la abstracción de ciertos conceptos. El tema aparece en la Kaushītaki Upanishad 2, 1.3 y 2, 1.4. Es un texto sagrado que refleja una época de gran efervescencia metafísica en la India, y que por lo tanto, en relación con el motivo original que nos ocupa, presentará ciertas diferencias que resultaran de la fusión del mitologuema básico con la doctrina del karma o ley de retribución de los actos y la reencarnación.

En el texto en cuestión, se analiza el viaje post-mortem del alma. Dice así:

1.3 Habiendo ingresado en el camino de los dioses, llega (el alma) al mundo de Agni, al mundo de Vāyu, al mundo de Āditya, al mundo de Varuna, al mundo de Indra, al mundo de Prajāpati, al mundo de Brahman (o Brahmā).

De este mundo de Brahman (o Brahmā) son el lago Āra, los momentos Yeshtiha, el río Vijara, el árbol Ilya, la ciudad Sālajya, la residencia Aparājita, los guardianes de las puertas Indra y Prajāpati, la sala Vibhu, (...). Aquel que llega sabe esto, llega a él. Brahman (o Brahmā) dice: “Corred hacia él con mi gloria, ha llegado al río Vijara, no envejecerá”.5

Claramente Brahman indica al alma que se dirija al río Vijara. Este río, que significa “sin vejez”, lo podremos relacionar más tarde con la historia de Finn en el caso celta.

Del árbol Ilya se nos dice que su nombre debe estar relacionado con Ida o Ila que es la diosa que representa la abundancia. Este árbol satisfaría todos los deseos. Sin embargo, el significado del lago Āra permanece desconocido así como los de otros nombres que aparecen en el texto leído.

En 2, 1.4, la Kaushītaki dice lo siguiente:

1.4 (...) Llega al lago Āra, lo atraviesa con la mente (con un simple acto de esfuerzo mental). Los que no conocen y saben, llegando a él, se hunden. Llega a los momentos Yeshtihas, éstos huyen de él. Llega al río Vijara, lo atraviesa con la mente. Arroja de sí sus buenas y malas acciones. Sus parientes (¿ancestros o descendientes?), los que él quiere, obtienen las buenas acciones, los que él no quiere las malas (...).6

El texto sigue, pero nos detendremos aquí dado que es suficiente para analizar el tema que nos ocupa. Veamos, hay aquí algo interesante, el alma arroja de sí sus buenas y malas acciones, en el contexto indio podemos decir que los recuerdos de los que habla el mitologuema original reconstruido, se han “reemplazado” por las acciones. Menciona también a sus parientes, no explica si se trata de ancestros o de descendientes. Los actos de aquellos que mueren, los abandonan en la medida que van cruzando el río Vijara. Se trata aquí de un pasaje “psíquico” o “sutil”, no material o concreto. Aclaramos esto porque el caso indio es el único que enfatiza el cruce en un plano mental, más allá de que implícitamente entendamos que en los restantes casos también el cruce o el baño en las Aguas del Olvido se realiza en un plano sutil dado que se trata del alma y no del cuerpo.

De todas formas, lo importante es que los actos (que en una versión antigua son recuerdos) lo abandonan mientras se realiza el pasaje, pero cabe preguntarse si la aclaración que hace el texto de un cruce realizado en estado mental o psíquico se debe al contexto asociado a la doctrina del karma y/o a la tendencia a enfatizar los conceptos abstractos tan típicos en el pensamiento de la India. Parecería que aquí, en lugar de utilizarse un lenguaje mítico como veremos en los casos celta y escandinavo, se recurre ya a una construcción de tipo netamente metafísico, sin que ello indique la ausencia de una metafísica en los demás contextos indoeuropeos. De hecho está implícita.

Si las formas posibles de cruce son: un puente, un bote, nadando o caminando, sería posible que todas ellas existieran previo a la diferenciación de las ramas. En las dos primeras no aparece nada que indique por qué cruzar el río provoca el Olvido, dado que el alma no tendría contacto con las aguas. Si se hace contacto físico con el río, las aguas podrían tender a limpiar, lavar o purificar el alma del individuo, desechando los actos (recuerdos) del mismo modo que se lava una tela sucia. ¿Podría tal vez el solo acto de cruzar las aguas (independiente de mojarse en ellas) provocar el Olvido? Sería una posibilidad a considerar.

Es importante que sea del “lavado” de los actos, y no de los recuerdos, si tenemos en cuenta el contexto y la relación con la teoría del karma. Lo que no podemos olvidar es que la persona que renace no recuerda la vida anterior, a menos que sea alguien dotado con ciertos dones o haya realizado en la última encarnación todo lo necesario para purificar su alma y recordar así los actos de su vida pasada, lo cual le permitiría entender las condiciones de su actual encarnación. Aquí sí tenemos en forma contundente señalado el “olvido” de los actos (que es diferente al lavado de los actos). En el texto que leímos, es literalmente el río Vijara el que borra el pasado del individuo al llevarse sus acciones tanto buenas como malas, y al llevárselas genera el olvido.

La diferencia que encontramos con las otras ramas es bastante relativa, es cierto que se trata de recuerdos en los otros casos y de acciones en el indio, pero si lo miramos de otro modo, veremos que el pasado acumulado es visto como Memoria en la mayoría de las ramas y como Acciones en la India. Entre los celtas, encontraremos el caso de Bóand, en el cual se pone de manifiesto un aspecto que establecería un punto de contacto más cercano a la India. Debemos tomar en cuenta que en ninguno de estos pueblos, ya se trate de acciones o de recuerdos se produce una destrucción o desaparición de los mismos. En la versión india, las buenas acciones van a dirigirse a los parientes queridos por el difunto y las malas a los que no quiere. Nos preguntamos si es para ayudarlos o no kármicamente, y de esta forma, el difunto poder contribuir a que sus parientes tengan un mejor o peor renacimiento. Es así como las acciones/recuerdos vuelven al mundo en este caso.

En el caso celta irlandés, el Otro Mundo no se limita a ser morada de los ancestros, es residencia de seres feéricos o etéreos y de los mismos dioses. Pero fundamentalmente se caracteriza por su ubicuidad, dado que no siempre está localizado en regiones subterráneas, si bien estas serían posiblemente las más antiguas locaciones, basadas en la costumbre del enterramiento en Túmulos para los jefes guerreros indoeuropeos. La palabra para túmulo, en irlandés, es Sidhe (pronúnciese Shi) y designa tanto el lugar concreto del enterramiento, así como a sus propios moradores sutiles y divinos.

La literatura irlandesa que retuvo esta cosmovisión se habría sido puesta por escrito en forma tardía, posiblemente a partir de los siglos VII/VIII en adelante (recordemos que se alentaba la tradición oral entre los druidas), y que la transmisión del conocimiento estaba en sus manos y en la orden de los fili o poetas videntes.

La creencia en la interpenetración de los mundos material y espiritual es de suma importancia para comprender el matiz que tiene la noción de las Aguas del Olvido y las de la Memoria en el contexto irlandés. Diríamos que el Otro Mundo se proyecta en una dimensión casi metafísica, en un movimiento que va desde su propio centro hacia el de los seres vivientes, para retornar nuevamente hacia el punto de partida. Lo encontraremos asociado a la fuente del conocimiento secreto, y también a la inmensa sabiduría de la tierra, el agua, los árboles. En ninguna rama indoeuropea alcanzó esta noción semejante magnitud y variedad de aspectos. Esa misma variedad con respecto al Más Allá se hará extensiva al mitologuema concreto de las Aguas del Olvido y las de la Memoria. En el caso celta, se ha tenido que reconstruir el mitoguema partiendo de varios ejemplos, y esto debido a lo fragmentario de la información al respecto. Sin embargo, cada una de las versiones es de una gran riqueza y da lugar a gran especulación.

El primer ejemplo lo encontramos en un texto llamado La Fiesta de la Casa de Conan (Feis Tighe Chona/in, pronúnciese fesh ti conin), su protagonista es el héroe Finn Mac Cumhaill. En el relato veremos que no necesariamente las Aguas del Olvido y las de la Memoria se encuentran bajo tierra, pero esto no indica que su carácter no sea ultramundano. En otros términos, el caso celta no requiere un “descenso” en todos los casos y tampoco que la persona haya muerto para beber de ellas. Lo que sí nos quedará claro es que las aguas están en la cercanía de un túmulo que según sabemos señalan un enterramiento, y según mencioné antes, tienen características ultramundanas.

El texto dice lo siguiente:

Finn, después de bañarse en un lago en Sliab Cuilinn (Slieve Gullion, Co. Armagh), se encontró transformado en un anciano débil y enfermizo. La banda guerrera liderada por Finn, cercó entonces un síd vecino (túmulo funerario y un lugar del otro mundo celta, y morada de espíritus asociados originalmente con el Otro Mundo). Cuilenn (pron. Cullen), el Señor de ese Sidhe o túmulo, apareció portando una copa dorada, y cuando Finn hubo bebido de ella recobró su fuerza y apariencia anterior. Finn pasó entonces la copa a Mac Reithe (pron. MacRae) (uno de sus hombres) que también bebió de ella, luego la copa saltó de las manos de Mac Reithe y desapareció en la tierra. Tanto Finn como Mac Reithe adquirieron un conocimiento sobrenatural por beber de la copa de Cuilenn.7

Vemos claramente que el Otro Mundo, representado por el túmulo, ejerce su influencia por el sólo hecho de estar en su cercanía. Pero sea como sea, el efecto se presenta siempre en relación con el agua. Esto es una constante en los casos celtas. Ese manantial es evidentemente el equivalente de las Aguas del Olvido. Cuando Finn se sumerge en ellas, no se dice que pierde sus recuerdos pero está implícito dado que sí se dice, en una de las versiones de esta misma historia, que no recordaba dónde había dejado su ropa. El río del Olvido ultramundano se ha transformado aquí en un lago. Por otro lado, la recuperación de su fortaleza y juventud no viene sola, trae consigo una Memoria asociada a un tipo de conocimiento secreto y sobrenatural, que antes no tenía, y proviene del reino ancestral, ligada al conocimiento de los que ya se han ido. Aquí, las Aguas de la Memoria están representadas por la copa que trae Cuilenn, el Señor del Sidhe o Túmulo cercano, y su carácter ultramundano puede verse en el motivo de la copa saltando de las manos de Mac Reithe y retornando al Otro Mundo antes de que otras personas pudieran beber de ella. Metafóricamente, la fuerza y la juventud de Finn están ligadas a la pérdida de sus recuerdos.

En otras ramas indoeuropeas las Aguas de la Memoria aparecen bajo la forma de un manantial o un lago, pero aquí toma la forma de una copa dorada. Asimilado muchas veces al vientre de la Diosa, el Otro Mundo, constituye el reservorio de la totalidad del Conocimiento acumulado a lo largo de los milenios por todos los ancestros, pero también retiene la sabiduría de la tierra, y de los seres feéricos, de todo espíritu y aun de los dioses.

Podemos también establecer aquí la comparación con el río Vijara, recordemos que significa “sin vejez”, y ver que existen puntos de contacto con la experiencia de Finn en el manantial cuando Cuilenn le trae la copa y le restaura la juventud. Con una diferencia, en el caso indio el mismo río que se lleva los actos se llama “sin vejez”, aquí estarían unificados en una sola fuente de agua los dos aspectos que en el caso celta se desdoblan. La reconstrucción del mitologuema ha demostrado que originalmente estos aspectos estaban separados, tal como lo demuestra su existencia en otras ramas.

El caso de Finn se complementa con otros dos relatos, el de la fuente de Segais, también conocida como fuente de Conla y que se encuentra muy cerca del túmulo de Nechtan8 . Se dice que de ella emana una música que embelesa y que de allí parten también siete corrientes de agua. Tiene una calidad apacible, es fuente de saber y de inspiración. En las riberas del manantial se encuentran nueve avellanos que dan hoja, flor y fruto al mismo tiempo, lo cual implica un trascender el tiempo diacrónico o una ruptura si se quiere de la homogeneidad de la realidad ordinaria, lo cual caracteriza la experiencia ultramundana. Los frutos caían al agua y provocaban burbujas de sabiduría que subían a la superficie. Un salmón comía los frutos.

Entre los irlandeses, la avellana y la manzana están asociadas a la Sabiduría, muchas veces estos frutos servían como salvoconducto para transitar sin riesgo los engañosos caminos del Sidhe. En el mundo animal destaca el Salmón como exponente de la sabiduría ultramundana. Cualquiera que comiera de esos frutos o del salmón participaría del Conocimiento reservado a unos pocos. La localización del pozo de agua varía, se lo ubica tanto en las bocas del Boyne como en las del Shannon, o en los “siete principales ríos de Irlanda”.

Pero el caso que más nos acerca a la India es el del Manantial de Nechtan. Vemos que muchas veces los nombres se repiten, antes mencionamos el túmulo de Nechtan, ahora aludimos a un manantial con su nombre. De él se dice que es un cuerpo de agua que nadie había visitado con excepción del mismo Nechtan (que es un seudónimo del dios Nuadu (pron. Núadu), asociado a su vez al agua) y sus tres escanciadores. Si en lugar de ellos, alguna otra persona se acercara y mirara las aguas, sus ojos estallarían. Lo que se manifiesta aquí es una cualidad diferente, nadie que se acerque sin tener derecho, o ser puro de espíritu, saldrá indemne de sus aguas turbulentas. Este relato lo encontramos en el Metrical Dindshenchas 9 y refiere lo ocurrido a la diosa Bóand, esposa de Nuada cuando decide bañarse en las aguas del Manantial de Nechtan.

El poema dice en el verso 53 a 64:

Allí acudió un día la blanca Bóand –su enorme orgullo la exaltaba-

al pozo inagotable, para poner a prueba su poder (...). Tres veces caminó alrededor del manantial incautamente, y tres olas se levantaron de él, por eso vino la muerte de Bóand.

Cada ola vino contra un miembro, ellas desfiguraron a la suave lozana mujer; una ola contra su pie, una ola contra su ojo perfecto, la tercera ola destrozó una mano.10

Esta declaración: para poner a prueba su poder, se refiere a la actitud desafiante de Bóand con respecto a las fuerzas que moraban en las aguas. La consecuencia de esta imprudencia fue la mutilación: un pie, un ojo y una mano, con la consiguiente huida de Bóand, y dice en la estrofa 69:

Por cualquier camino por el que fuera la mujer, la fría agua blanca

la seguía desde el Síd hasta el mar (no era débil), desde entonces

es llamada Bóand.11

¿Por qué las aguas se ensañan con Bóand? Quedó aclarado cuando nos referimos específicamente a este manantial que sus aguas eran “turbulentas” y que nadie que se acercara “sin un espíritu puro” saldría indemne. Aquí vemos como las aguas salen de cauce y llegan hasta el mar, persiguiendo y arrastrando luego a Boand, dando origen así al recorrido del río Bóand/Boyne. Se dice que este río no se detiene en el estuario sino que corre bajo el mar y por debajo de los continentes, resurge en el mundo, de manantial en manantial, con diversos nombres. En total serían quince nombres, seis de ellos en Irlanda, y se dice –y esto es importante- que entre su fuente y el estuario se lo llama Segais del Sidhe.

Finalmente el río vuelve a Irlanda para terminar en el túmulo de Nechtan. Las causas por las que Bóand sufre tal persecución y castigo por parte de las aguas aparecen recién en una estrofa posterior en donde se relata que siendo esposa de Nechtan tuvo un hijo con el dios Dagda, ella habría dado a luz al dios Oengus, a escondidas de su marido. La estrofa dice que Bóand quería llegar al pozo porque estaba segura de poder ocultar su falta si lograba bañarse en él. Aquí encontramos la noción de falta, el deseo de lavarla, pero la diosa no cuenta con el carácter extraño de las aguas que finalmente terminan ahogándola.

Todo indica que el manantial de Nechtan permite realizar una especie de ordalía, la discriminación es entre los puros y los impuros. Las aguas denuncian y castigan la falta. Aquí el pozo no parece tener relación con la Memoria en tanto recuperación de recuerdos, a menos que lo asociemos con otra función, y es aquí en donde nos acercamos a India, es en hacer patente en la mente y consciencia de aquél que cometió la falta la existencia y realidad concreta de la misma. Bóand sabe que cometió una falta, pero ¿realmente era consciente de ella sabiendo que las aguas no perdonan la impureza espiritual?. A nuestro parecer, es la toma de consciencia y la responsabilidad por los actos cometidos lo que se enfatiza aquí. No basta con recordar o conocer las propias faltas, es necesario hacerse responsable por la propia conducta. Es aquí en donde encontramos el punto de contacto con India, y aunque no es éste el lugar de desarrollar más profundamente las similitudes entre ambas ramas indoeuropeas, sí diremos que son muchos los aspectos en los que el trasfondo proto-indoeuropeo se manifestó, permitiendo la comparación entre lo que se considera los dos extremos de su expansión: India e Irlanda.

Es importante notar que en esta escatología existía un lugar asociado con el mundo de los muertos y que tenía una función específica, algo así como un lugar de recepción de las almas o preámbulo obligatorio antes de llegar al Otro Mundo. Este lugar se llamó Casa de Donn, siendo Donn uno de los gaels o milesios que habrían llegado a Irlanda y derrotado a los dioses Tuatha Dé Danann que moraban en la isla. Al morir Donn, se instala en una isla rocosa y advierte que nadie llegará al Otro Mundo sin pasar previamente por su Casa. Podríamos decir que se trata de un lugar en donde se juzga las acciones de los hombres.

Aunque se discute todavía si la creencia celta en el renacimiento era extensiva a todos los hombres o tenía un carácter selectivo (al parecer sería esta última la opción más aceptada), parecería que todos tenían que beber de las Aguas del Olvido, ubicadas en algún lugar cercano a la salida del Otro Mundo. En otros términos, nadie podía renacer sin pasar previamente por las Aguas del Olvido, pero el “lavado” de los recuerdos se llevaba a cabo en el camino de regreso a este mundo, y debían realizarlo todas aquellas almas que estaban destinadas a renacer. Quiere decir que ellos no pasaban por un lavado previo de sus recuerdos para llegar a su destino ultramundano sino que, una vez que el alma se dirigía de regreso a este mundo para tomar nueva forma, en su camino encontraba las Aguas del Olvido. Sabemos entonces dónde se encontraban éstas, aunque la asociación con el Océano Occidental no aparezca en todos los textos.

¿Dónde se encontraban entonces las Aguas de la Memoria? Si bien no hay una indicación exacta, por la información que se registró, se dedujo que su ubicación estaría en las cercanías de la Casa de Donn, no se sabe si a la derecha o la izquierda, pero sí se indica que cerca de ella había un roble (parece que en el mitologuema original está siempre presente un árbol, del mismo modo en que lo están los cuerpos de agua).

Vuelve a aparecer el nombre del Manantial de Segais identificado aquí con las Aguas de la Memoria, en donde se les permitiría beber o no, según el caso individual. En síntesis: algunas almas no renacen; otras dejan sus recuerdos y vuelven a renacer sin beber de las Aguas de la Memoria; otras dejan sus recuerdos, vuelven a renacer y se les permite beber de las Aguas de la Memoria.

Esto último nos dice mucho sobre la naturaleza de la experiencia humana para el celta irlandés antiguo. Nos dice que los ancestros no necesitan sus recuerdos una vez que han pasado a la Tierra de los Vivientes. Pero, sus recuerdos tienen valor para aquellos que todavía están vivos. La memoria acumulada de los ancestros engloba la totalidad de la historia de la humanidad y se convierte en fuente de verdadera sabiduría, que está basada en la extensión completa de la experiencia humana en tanto especie, más que en la vida de un simple y único individuo. Inferimos de aquí que los seres vivos reciben y/o sostienen su propio conocimiento en el de los ancestros, que el presente depende del pasado, y que este mundo material y concreto tiene su sostén en un mundo espiritual. Así, nuestro mundo se nutriría del Otro, y la sabiduría de los que ya no están aquí, volvería a través de los recuerdos que burbujean en las Aguas de la Memoria para ser usada conjuntamente con la nuestra.

Ahora abordaremos en forma sintética algunos aspectos de la cosmovisión escandinava.

Para esto, debemos basarnos en la Edda Poética o Mayor (una recopilación de poemas que reúne diversos temas mitológicos y heroicos datados entre los siglos IX y XIII d.C, pero que tienen mayor antigüedad) y la Edda en Prosa o Menor, también conocida como Edda Snorra dado que fue Snorri Sturluson el poeta que la plasma. En este caso nos basaremos en la Gylfaginning o Alucinación de Gylfi de la Edda Menor. Dice Snorri (hablando de Yggdrasil, el fresno sagrado):

(...) Tres raíces tiene ese Arbol que lo mantienen en pie y que llegan hasta muy lejos: una está donde los Ases, la segunda donde los gigantes de la escarcha, en lo que primeramente fue Ginnungagap, la tercera está sobre el Niflheim (...). Pero bajo la raíz que da hacia los gigantes de la escarcha se encuentra la fuente de Mimir, en la cual se guardan la sabiduría y la inteligencia, y se llama Mimir el que tiene esta fuente; está él lleno de conocimientos, pues bebe de esa fuente con el cuerno Gjallarhorn.12

Vemos que bajo una de las tres raíces del fresno, nuevamente un árbol, está el Mundo de los Ancestros, identificado con los infiernos o Hel; también que hay una fuente de aguas del Conocimiento Ancestral. Aparentemente, faltaría en el contexto escandinavo las Aguas del Olvido. Pero esa ausencia es sólo aparente. Lo que ocurre aquí es que se ha exaltado el poder inspirador del manantial de Mimir o de la Memoria en desmedro de las Aguas del Olvido. Esto se debe a la creencia en que la fuente de Mimir contenía además, hidromiel, que indudablemente se asocia con un poder intoxicante en tanto fuente de inspiración.

¿Pero dónde se nombra el río que contiene las Aguas del Olvido, o al menos de dónde podemos inferir su existencia en épocas tempranas? La Edda aclara que Mimir bebe de las aguas del Manantial por medio del cuerno Gjallarhorn. Veamos entonces la composición de este nombre:

“horn” significa recipiente para beber, y “Gjallar” es la forma genitiva regular del nombre propio “Gjoll”, que es el nombre de un río. Pero no es cualquier río, sino uno de los mayores ríos del Otro Mundo escandinavo. En la Edda Mayor o Poética13 , dice que las aguas del río caen cerca de los hombres y luego se dirigen al Hel, reino de los muertos que no han caído en batalla. Nuevamente en la Edda Menor se dice, refiriéndose al río Gjoll:

Entonces habló el Igual de Alto: Muchas generaciones antes de que fuera creada la tierra, apareció el Niflheim, en cuyo centro está la fuente llamada Hvergélmir, y de ella nacen los ríos que se llaman Svol, Gunntra, Fiorm, (...)y, finalmente, Gjoll, que es el más próximo a las verjas del Hel. 14

Entonces, tenemos aquí que Gjoll nace de un manantial cuyo nombre es Hvergélmir (significa la “rugiente olla”) y que se considera el origen de todos los ríos. Aquí hay un paralelo con el caso irlandés en cuanto a la turbulencia o el carácter poco tranquilo de las aguas. Por otro lado, vemos que también existe un manantial, llamado de Mimir. De él, Mimir bebe todos los días con el “cuerno del río Gjoll”. En ambos casos, la fuente de agua y el río están ubicados en el Otro Mundo. Sobre la base de esta información, vemos que los dos cuerpos de agua son uno y el mismo.

El nombre “Mimir” tiene un significado muy especial, se ha traducido como “Memoria”. Derivaría de la raíz verbal proto-indoeuropea reconstruida * (s)mer- = pensar, recordar, reflejarse. Mímir era un gigante sabio, señor de la memoria. Si interpretamos la fuente de Mimir, como “fuente de la Memoria”, nos daría cierta correspondencia semántica, y tendría sentido en el contexto, pero algunos lingüistas dicen que habría que estudiar un poco esta raíz antes de arriesgarse a esta aseveración. De todas formas, la mayoría acepta la derivación del nombre Mímir de la raiz *(s)mer.

En el caso escandinavo tenemos otro importante detalle común al céltico, muy pocos beben de las Aguas de la Memoria: aquí sólo serán Mimir y Odin.

Entonces, y siguiendo en esto a Lincoln, sería importante notar que:

  1. La fuente de Mímir, ubicada en el Otro Mundo, representa las Aguas de la Memoria.
  2. Beber de ella concede un conocimiento sobrenatural.
  3. Está conectada con un río, y
  4. Ese río fluye en el Otro Mundo

Quisiera destacar que el material escandinavo tiene poco que decir sobre las características del río Gjoll y el efecto que pudiera producir en tanto Aguas del Olvido. Aun así, se deduce que: el río alimenta una fuente (para esto, deberíamos entender el río Gjoll como las Aguas del Olvido y el Manantial de Mímir como Aguas de la Memoria). Podríamos decir que el “fluir lejos” del río Gjoll puede considerarse una metáfora del Olvido, y que el recuerdo se puede relacionar con el burbujeo que sube a la superficie. Esto nos demostraría que al menos en los casos celta y escandinavo, habría ciertas coincidencias.

Hay ramas, como la griega, en la que los conceptos aparecen más claramente articulados.

Todos hemos oído hablar de Lēthē15 , tal vez el río más famoso asociado al Olvido, y el cual tienen que atravesar aquellos que llegan al Más Allá. Lēthē es el nombre de una diosa. Es mencionado en varias fuentes, pero el relato más completo es el que da Platón en la República en el marco del mito de Er16 (aunque se considera tardío). Er era un soldado que fue tomado por muerto que retorna “a la vida” luego de doce días para relatar lo que ha visto en el Otro Mundo, y dice:

(...)Una vez que todas (las almas) hubieron pasado, se encaminaron juntas a la llanura del Leteo en medio de un calor sofocante y terrible, porque no hay en esa llanura ni un árbol, ni una planta. Al llegar la noche, acamparon junto al río Ameleto, cuyas aguas no pueden ser retenidas por vasija alguna. Es preciso que todas las almas beban de esta agua cierta cantidad, pero aquellas que por imprudencia beben más allá de la medida, pierden absolutamente la memoria. Después las almas se durmieron, pero hacia la medianoche retumbó el trueno, tembló la tierra, y de pronto fueron lanzadas como estrellas errantes, cada una por su lado hacia el mundo superior en donde debían renacer. A Er, según contaba, le impidieron beber el agua del río. Ignoraba por dónde y en qué forma se había reunido con su cuerpo, pero de pronto, al abrir los ojos, se había visto en la madrugada tendido sobre la pira. 17

Este relato jugaría un rol importante en la teoría platónica de la Anamnēsis. Platón sostenía que uno sólo puede aprender lo que previamente había conocido. Sostenía que el conocimiento era recibido durante el tiempo que media entre la muerte y el nuevo renacimiento, mientras el alma está en el Otro Mundo. El mito de Er, permite inferir que Platón creía que aunque el destino normal para el hombre era olvidar lo que había visto en ese Otro Mundo, era posible preservar algún conocimiento de lo que se había visto allí. Veamos aquí que Er, “despierta” como si no hubiera muerto. Tenemos un cierto paralelo con los casos irlandeses en que personas vivas viajan al Otro Mundo y se les permite retornar a éste con la totalidad del conocimiento, sin que el Olvido los afecte. Sí notamos que en esta versión las Aguas del Olvido son bebidas cuando las almas llegan al Otro Mundo (a diferencia del caso irlandés).

En el caso griego se marca la necesidad de no mojarse o no beber de las aguas del río que separa un mundo del otro. Dice el mito que las almas recorren planicies calurosas y secas, cuando ven el río desean beber, eso les permitiría renacer pero las Aguas se llevarían sus recuerdos. Para resistir la necesidad de beber se requeriría un alma disciplinada, que pueda dominar esa necesidad de beber y autocontrolarse. Sólo el filósofo podría lograrlo. El río es llamado de dos formas: Amelēta: “sin memoria” y Lēthē: “olvido”. El río se lleva los recuerdos, pero algunos individuos dotados especialmente pueden llevar el conocimiento desde el Otro Mundo hacia el mundo de los hombres.

Entonces veamos lo relacionado con la Memoria. Mnemosyne, hija de Gea (la Tierra), heredó de su madre muchos dones asociados con lo oracular, los misterios de la muerte, y el renacimiento, los del devenir del ser. También estaba asociada con el conocimiento de los orígenes tanto de las realidades materiales y metafísicas como con la Memoria. Memoria que nos lleva a las raíces mismas y que trae el pasado al presente en un proceso sagrado de remembranza que sólo Mnemosyne puede dar. No tiene que ver con el tiempo histórico sino con realidades atemporales que pueden hacerse manifiestas en el interior del ser humano. Produce la ruptura de la realidad ordinaria, del pensamiento lineal. El conocimiento que Mnemosyne puede ofrecer es transformador porque toca al ser humano en su raíz más profunda. Ella tiene que ver tanto con la Memoria en sentido metafísico, como con los recuerdos que arrastramos del pasado. Siempre se la asocia con las fuentes de agua.

Parecería que existe una oposición entre Lēthē y Mnemosyne, pero en realidad se trata de un balance. Lēthē debe permitir que la acción de Mnemosyne alcance a algunas personas, permitiéndoles recordar sus vidas pasadas. En Lebadea, Beocia, existe la llamada “fuente de Mnemosyne”, que a su vez se relaciona con el oráculo de Trofonio. Se dice que también hay otra fuente de agua que pertenece a Lēthē, y que el adorador de Trofonio debe beber de ambas, primero para olvidar, y luego para que le sea revelado el conocimiento de las cosas ocultas que debería saber cuando sea enterrado ritualmente en la tumba oracular de Trofonio. Vemos que hay aquí ciertos paralelos con los otros casos, no se trata simplemente de recuerdos, sino también conocimientos secretos.

La tablilla órfica de Petelia, encontrada en el sur de Italia y datada entre los siglos IV-III a.C., dice:

Hallarás a izquierda de la mansión de Hades una fuente, y al lado de ella levantado un blanco ciprés. A esta fuente no te aproximes. Pero encontrarás otra, del Lago de la Memoria, fresca agua que va fluyendo, y hay guardias ante ella.

Di: “Yo soy criatura de la Tierra y del Cielo estrellado: Pero mi raza es del Cielo (solamente). Esto vosotros lo sabéis. Pero me consumo de sed y perezco. Dadme prestamente la fría agua que va fluyendo del lago de la Memoria”. Y por sí mismos te darán de beber de la fuente sagrada. Y después entre los demás héroes tendrás señorío. 18

Se trata de una tablilla funeraria en la que aparece la recomendación de evitar la primera fuente de agua. Ambos textos hablan de Memoria y Olvido y en ambos encontramos referidos estos dones a ciertas corrientes de agua ultramundanos. Ambos sugieren que los seres humanos son despojados de sus recuerdos cuando se encuentran en la frontera del Otro Mundo y también en ambos casos se sugiere que algunos seres humanos son favorecidos con el don de preservar su sabiduría. Se ha dicho que posiblemente Platón conociera la tablilla órfica. De todas maneras, existen también diferencias entre ellas a tener en cuenta. En la tablilla queda claro que el alma encuentra las dos fuentes antes de ingresar al Hades. En cuanto a su relación con el mundo de los muertos, es opuesta nuevamente a Lēthē. Los muertos deben beber de las aguas del Olvido (como ya lo hemos visto en el fragmento), porque el olvido es un requisito fundamental para ingresar al reino de los muertos. Pero uno debe evitar beber o beber mucho para retener algo de Memoria cuando vuelva a este mundo. Y si la persona pide a los guardianes de la fuente de Mnemosyne que se le permita beber de ella, y eso es concedido, entonces se entra en el reino de los Bendecidos (en la cosmovisión órfica) y se liberará de futuras encarnaciones.

En el texto platónico, Lēthē es el último paso previo al renacimiento, al igual que lo es el Océano Occidental en el caso celta. Por otro lado, la descripción del texto platónico y la de la tablilla de Petelia son diferentes: Platón habla de un río, la tablilla de dos fuentes. También es diferente la forma en que las dos producen su efecto: para Platón, el Olvido proviene de beber y la Memoria de abstenerse de hacerlo; en tanto que el texto órfico refiere los dos efectos al acto de beber de cada una de las fuentes de agua.

Surgen de aquí, y en referencia al caso griego la siguiente pregunta: ¿debían las almas de los muertos beber del Lēthē obligatoriamente? No parece ser un punto claro. Platón elimina la segunda fuente porque sugiere implícitamente que “beber” no era un hecho deseable. Eso le da pie para obviar el manantial que aparece en la tablilla de Petelia o manantial de Mnemosyne, dado que si el alma no bebe del Lēthē, conservaría su memoria sin necesidad de recurrir a una segunda fuente.

Conclusión

Aunque en esta primera fase del trabajo hemos seguido de cerca los planteos de Bruce Lincoln e Iain MacAntsoir, creemos que la postura del primero es limitante en cuanto a las posibilidades de manifestación de significados múltiples. Del mismo modo, el segundo autor se limita simplemente a hacer correcciones de forma al planteo de Lincoln. Consideramos que tanto en el caso celta como en el escandinavo queda mucho por decir en cuanto a este mitologuema en particular.

De todas maneras, podemos expresar las siguientes preguntas: ¿Aparecen ambos cuerpos de agua en el mitologuema original? ¿Podemos decir que las aguas del Olvido sólo lavan recuerdos, o incluimos los actos?

Todo indicaría que ambos cuerpos de agua estaban presentes en el mitologuema original. La evidencia de las ramas indoeuropeas citadas, nos inclina hacia la identificación del primer cuerpo de agua con un río, salvo el caso celta pero es justamente el que aparece en forma más confusa y polifacética. En todos los casos, las Aguas de la Memoria son accesibles a seres elegidos y no a cualquiera.

Tendríamos que señalar que en entre los escandinavos no se menciona el acto de beber de las Aguas del Olvido en el caso de los ancestros, es un tema que permanece difuso en esa rama. Si bien la Edda nos habla del río Gjoll como el más cercano al mundo de los muertos.

En el caso indio tampoco se menciona el acto de beber pero sí el bañarse o cruzar mentalmente esas aguas. El acto de beber aparece sólo en la versión griega y se puede suponer, en cierta forma, que también en la irlandesa, pero ya aclaramos que no existe un texto que asegure en forma inequívoca que así se haga. En el caso griego agregamos que se enfatiza el no-beber para conservar los recuerdos, acentuándose así la necesidad de abstención que luego formaría parte importante en el pensamiento platónico.

Por otro lado, las variantes dentro de una misma cultura, como la irlandesa, nos dan una pauta de la variedad existente en el mitologuema original. Mencionamos que la fuente de Nechtan no está asociada a la Memoria en un sentido simple, sino a la recuperación de la consciencia de las faltas cometidas, aun en los casos en que éstas se han olvidado. El término “memoria” entonces nos permitiría inferir que tiene en estos casos una aplicación más amplia y que va más allá del mero recuerdo de los hechos pasados, señalando la necesidad de la toma de consciencia por parte del individuo por los actos cometidos. Esto establecería una relación con la India en tanto que las aguas del Olvido lavan los actos. Posiblemente en el mitologuema original se encontraran ambos aspectos dado que, tanto en el polo occidental (Irlanda) como el oriental (India) del mundo indoeuropeo, la importancia de los actos cometidos aparece asociada a un cuerpo de agua: me refiero a la fuente de Nechtan en Irlanda y al río Vijara en India.

Y por último surge otra pregunta: ¿existía entre los indoeuropeos antes de la etapa de dispersión de las ramas, la creencia en el renacimiento? Esta es una cuestión todavía sin resolver y que merece ser investigada.

Textos fuentes

Gwynn, E.(trad.), The Metrical Dindshenchas, 5 vols., Dublin, Dublin Institute for Advanced Studies, 1991

Lerate, L. (trad.), Edda Mayor, Madrid, Alianza Editorial, 1986

Platón, República, (trad. Camarero, A.), Buenos Aires, Eudeba, 1978

Sturluson, S., Edda Menor, (trad. de Lerate, L.) Madrid, Alianza Editorial, 1984

Tola, F. (trad.), “Kaushītaki Upanishad” en Doctrinas Secretas de la India, España, Barral Editores 1973

Estudios

Bhattacharji, S. The Indian Theogony, Londres, Cambridge University Press 1988

Gimbutas, M., The Kurgan Culture and the Indo-Europeanization of Europe,

Washington, Journal of Indoeuropean Studies Monograph N° 18, 1997

Lincoln, B., Death, War and Sacrifice, Chicago, University of Chicago Press, 1991

MacAnTsoir, I., An Exploration of Death in the Gaelic Paradigm of the Classical Age en http://www.clannada.org (última visita septiembre 1998)

Mallory, J.P., In search of the Indo-europeans, Londres, Thames and Hudson 1992

Metzner, R., The Well of Remembrance, Londres, Shambala Publications, 1994

O’Rahilly, T. F. Early Irish History and Mythology, Dublin, Dublin Institute for Advanced Studies, 2003

Rees, A.y Rees, B., Celtic Heritage, Nueva York, Thames and Hudson, 1994

Velasco López, María del Henar, El Paisaje del Más Allá, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2001

Referencias

1 Para un estudio comparativo se puede consultar la obra de J.P. Mallory, In Search of the Indo- Europeans

2 Lerate L. (trad) Edda Mayor, Völuspá 39.

3 Kaushītaki Upanishad, 2, 1.3 y 2,1.4 en Tola F. (trad.) Doctrinas Secretas de la India.

4 No existe total acuerdo entre ambos autores, pero se puede consultar sus trabajos sobre el tema escatológico indoeuropeo. Ver en Bibliografía.

5 Kaushītaki Upanishad, 2, 1.3 y 2,1.4.

6 Ibid.

7Finn, after bathing in a lake at Sliab Cuilinn (Slieve Guillion, County Armagh), found himself transformed into a feeble old man. Tha warrior band led by Finn thereupon laid siege to the neighboring síd (burial mound, one locus of the Celtic otherworld, and the dwelling-place of spirits originally associated with the otherworld). Cuillen, the lord of the síd, came forth, bearing a golden cup, and when Finn had drunk from it his former strength and appearance returned to him.

Finn then handed the cup to Mac Reithe, who likewise drank from it; but the cup then sprang out of Mac Reithe’s hand and disappeared into the earth. By drinking from Cuillen’s cup Finn and Mac Reithe acquired supernatural knowledge.”. Citado por O’Rahilly, T. F., pp. 318-23.

8 Gwynn, E., The Metrical Dindshenchas, bajo la entrada “Sinand I”, p.286 v.13 y ss

9 Ibid, bajo la entrada “Boand I” pp. 27-39.

10 “Hither came on a day white Bóand (her noble pride uplifted her), as thrice she walked round about the well heedlessly, three waves burst from it, whence came the death of Boand.

They came each wave of them against a limb, they desfigured the soft-blooming woman; a wave against her foot, a wave against her perfect eye, the third wave shatters one hand.” Ibid., p.31

11 “Every way the woman went the cold white water followed from the Síd to the sea (not weak it was), so that thence it is called Bóand.” Ibid., p.31

12 Sturluson, S. Edda Menor, Gylfaginning 14, p. 46.

13 Lerate, L. (trad.) Edda Mayor, Grímnismál 28, p. 81.

14 Sturluson, S., Edda Menor, Gylfaginning 3, p. 35

15 Platón, República 621 a-d

16 Ibid., República 614b a 621d

17 Ibid., República 621d

18 Citado el texto por Lincoln, B., Op. Cit., p. 51

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